CABA, 1 de octubre de 2013
SOD22BUENOSAIRES
Estimado Dr. Mario J. Sabán:
Es tarea difícil transmitir emociones, sentimientos, espiritualidad.
El homenaje a la” Memoria de Vida” de la Cabalista argentina Beatriz Borovich, fue un encuentro muy significativo para todos.
Se hallaron presentes en la misma, su hermano Jorge Maestro, prestigioso director de cine y televisión en Argentina y Latinoamérica, su hijo el Lic. Mario Borovich, su nuera Gisela, sus nietos Brenda y Joaquín, sobrinos y tíos de Beatriz.
También integraba el encuentro, un grupo numeroso de alumnos de los cursos de Cábala del Instituto Superior Religioso, Pastoral Buenos Aires, representantes del curso sobre” Borges y la Cábala”, dictado en el Museo Malva, alumnas del Centro de Intercambio Cultural Alba y las Religiosas católicas que cedieron el espacio físico, donde la Magister dictaba sus clases. El ritual religioso fue organizado entre la familia y el Rabino Yattah.
Fue una tarde donde se recordó a Beatriz desde las tres religiones del D-s Único. Como ella deseaba, en paz, amor y unidad.
El Rabí, realizo una recorrida por la vida de Beatriz, desde el día de su nacimiento, el sitio donde creció, su infancia, sus amigos de otras culturas y lo que ello simbolizo en Beatriz niña, sus padres y su lucha por mejorar la calidad de vida de sus amados hijos. La escuela, la Universidad, Borges, sus Cursos de Cábala y sus queridísimos alumnos. También nos recordó una Beatriz madraza, una Beatriz enamorada de Tom el compañero de la madurez y una abuela dedicada a sus bellos nietos, siempre presentes en toda circunstancia.
Habló de su enfermedad y de su partida hacia la Eternidad.
Al finalizar este recorrido, el Rabí menciona que Beatriz había legado sus carpetas de estudio sobre Cábala. Preguntó si se hallaba allí Wanda, su discípula elegida para continuar los cursos. Entonces, me presenté, llorando de emoción y amor por aquella maravillosa mujer que me había confiado 30 años de estudio, de perseverancia, de trabajo y lucha por trasmitir sus saberes a todas las personas, sin distinción religiosa .Todo ello dentro del profundo dolor por su perdida.
El Rabí leyó y elevó Plegarias al Altísimo por el eterno descanso de Beatriz.
Finalizando el homenaje, fuimos invitados según la tradición judía, a compartir confituras y agua.
Fue un encuentro sentidamente ecuménico e interreligioso.
Fue un homenaje sincero e inolvidable.
Inolvidable como Beatriz Borovich, nuestra amada Morá de Cábala.
Patricia Wanda Frachia Zaidel.
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