viernes, 11 de octubre de 2013

PARACELSO TEOFRASTO BOMBASTO DE HOHENHEIM

SHALOM.
Hoy, 11 de octubre de 2013, les informo sobre el fallecimiento de mi Padre Jorge Andrés, ocurrido el 24 de septiembre… del corriente año.
Fue un hombre muy importante en mi Camino espiritual. 
Hoy, por circunstancias de la vida, pedí al Cielo por mi papá, por su consejo, por aquella  fuerza que siempre me transmitía  su personalidad  para resolver mis problemas…lo llame,  y continúe mis lecturas,  estas que compartiré  con ustedes desde  el blog SOD22BUENOSAIRES.
El Cielo me respondió en cifras. Y entendí.
En la carpeta de quien fuera mi  Maestra, la Cabalista Beatriz Borovich,  encontré  al abrirla para elegir un tema,  la biografía de Paracelso, “primero” en orden de aparición entre sus  apuntes.  
 Así, sin dudarlo me puse a trabajar sobre Paracelso, teniendo en cuenta que  para Beatriz  era un tema a ver con nosotros.

Por la  memoria de este cabalista, por la luz que nos legó, por amor al saber de la Kabaláh,  dedicamos hoy nuestro espacio a: 


PARACELSO TEOFRASTO BOMBASTO DE HOHENHEIM
                         (10/11/1493)
En su biografía, hallamos que en su enfermiza infancia, fue un niño extremadamente delgado casi raquítico. Dicen…era un niño triste.  
Su padre médico,  lo había instruido  en el  conocimiento de plantas medicinales, lociones, pociones, venenos y antídotos. Dicen…que a pesar de los conocimientos médicos  de su padre no pudo ayudar a su mujer de pobre salud. Su padre lo nombro Teofrasto, nombre de origen griego, dado en honor al gran naturalista TREOPHRASTOS  TYRTAMOS DE ERESOS, físico, botánico y naturalista admirado por este. Teofrasto, significa “que puede ser llamado dios”. En los últimos tiempos de su vida y después de su muerte, también se lo llamo 
Aureolus.
Al ingresar a estudiar  en la Escuela de Basilea, con 17 años de edad tuvo que latinizar su nombre y llamarse Paracelso, que significa:
Para=hacia y cels=elevado. Dicen los cabalistas que con el cambio del nombre, se cambia el destino…
No tuvo esposa. Se consagro al estudio, profundizó la Kabaláh judía   y también la Astrología;  fueron sus maestros Platón, Plotino Porfirio e incursionó sobre Hermes Trimesgistro. Siendo sus estudios y libros de cabecera la Kabaláh, el Sefer Yetzirah y el Sefer ha Zohar. Dicen que su maestro fue Trithemio, que como los espíritus adelantados no se había desmaterializado según las formas establecidas….
  Paracelso  fue médico de Erasmo, admirado por Goethe y reconocido por Avicena y Galeno. Dicen que la mayoría no lo aceptaba…, como sucede aún hoy con los grandes hombres estudiosos de los  misterios de la Kabaláh judía. 
Estudiaba la Kabaláh por la fascinación que le producían las letras hebreas, consideraba que las 22 letras del alfabeto hebreo, tenían  cada una su vibración alquímica y los cambios numéricos con las letras iniciales o terminales de una palabra, le servían no solo para interpretar la Lengua Sagrada sino también para fabricar amuletos y talismanes que en aquel tiempo tenían un lugar importante en la sociedad medieval. Relacionó los 12 signos del zodiaco y los 7 planetas con las 12 letras simples hebreas y las 7 letras dobles hebreas. Dichos conocimientos  sobre la Kabaláh los obtuvo al lado de su Maestro Trithemio que murió cuando el tenia 20 años.
En Sefarad se relacionó con los cabalistas sefardíes y también con los filósofos  árabes. A pesar y por encima de la Inquisición, sobraba el conocimiento esotérico y el aprehendizaje de los mismos.
Es importante recordar que los remedios que prescribía estaban basados en minerales de antimonio, mercurio, zinc, hierro, azufre, y la tintura de opio. Los farmacéuticos y médicos de su época que utilizaban otros métodos, estuvieron en contra de sus tratamientos y estudios. No así los estudiantes más modernos.
Paracelso llegó a descubrir innumerables factores que hacen al conocimiento humano y la salud. Como médico buscó el alma de los medicamentos y sus principios activos. Fue el precursor de la terapéutica magnética y se le conocen una serie muy  importantes de libros que ayudaron y enriquecieron a la Ciencia Médica.
Murió un 24 de septiembre…., pero de 1541.
-En el nombre de D-S, Señor del universo, que reposen en el Paraíso-
También, comparto mis lecturas con aquellos discípulos de Kabaláh  u otra tradición espiritual que busque  la paz y el amor al prójimo a través de la meditación y el estudio.
Para ustedes transcribo  un bello relato del Cabalista argentino, nacionalizado español  Mario Satz, amigo de quien fuera  mi Maestra Beatriz Borovich y de mi actual Maestro  y Presidente de TarbutSefard, Barcelona  el Dr. Mario Sabán.
-Nuestros senderos se han cruzado…
Continuando sobre la vida de Paracelso, Satz nos narra lo siguiente:
                UNA  VISITA  AL  HERBORISTA 
Phillipus Aureolus Teofrasto Bombasto, más conocido como Paracelso, médico y mago, viajero y explorador de los confines de la psique, llego una noche del siglo XV y tras un largo viaje a Constantinopla  con el fin de visitar al reputado boticario judío Rabí  Adin Neshamá, ducho en grimorios, pantáculos y herborista de fama en las tierras del Islam. Hacía años que le seguía la pista de Venecia a Creta y de Creta  a la calle retorcida en la que por fin había dado con su tienda. 
Lector de Pico y de Agrippa, conocedor superficial de la Kabaláh, Paracelso quería aclarar con el maestro judío algunas de las ideas que conformaban su teoría medico-astrológica. Cuando fue a la ciudad lacustre a buscarlo, Rabí Adin Neshamá estaba en Verona, y cuando le dijeron que se había mudado a Creta hacia meses que estaba en Constantinopla. El judío superaba al suizo en viajes y aventuras.
Se ponía el sol sobre el Cuerno de Oro en aquel otoño cruzado por aromas de mar y chillidos de gaviotas cuando Paracelso anunció su visita. Si él había oído decenas de veces el nombre del rabino, éste no tenía la menor idea de quién era el visitante. Con gentileza, pero también  con cierta desconfianza, hizo servir a su ayudante un cálido te de manzanas mientras el suizo admiraba los estantes repletos de sales, arsénicos, azufre, hepáticas secas y estramonio. Flotaban olores de menta, laurel y ruda sobre un fondo de almizcles y cal viva. Del techo débilmente iluminado por dos lámparas de bronce colgaban anemonas deshidratadas y equisetum, camomilla y penachos de papiro egipcio.
Hablaron un italiano roto, se soltaron latines y mentaron pócimas y cuando el rabino supo que estaba ante un médico de verdad, un autentico curador de almas, se relajó un poco a pesar de que le disgustaron el rostro arrugado, los ojos acuosos y el pesado acento alemán  del visitante. Desde que Pico de la Mirándola había tenido como maestro a un judío de Creta llamado Del Mendigo, eran muchos los eruditos y sabios europeos que querían adentrarse en los jardines secretos de la Kabaláh. Adin de Neshamá podía negarse a darle el fruto más espléndido, pero no a cerrarle el camino al Árbol de la Vida, después de todo un regalo a la Humanidad entera.
 _Querría saber, maestro- dijo Paracelso-, qué es exactamente el  adesh, que yo, en mi humilde discernimiento, sé de origen hebreo y considero el cielo en el hombre, su sello angélico, el verdadero protector de su salud.
Adin Neshamá despidió al sirviente con un gesto enérgico y tras unos segundos de reflexión respondió:
_Vosotros los europeos- dijo, olvidando que él mismo era veneciano-, creéis que un manojo de palabras hebreas son suficientes para entender el espíritu de la Biblia, pero son necesarios cientos, tal vez miles de vocablos frotándose entre sí  para que uno solo se encienda. 
_Comprendo- intervino con humildad el médico suizo-, pero…
_Os hemos dado a Jesús, el amén y el aleluya, el Padrenuestro y muchas cosas más-continuó el herborista-¿y qué habéis hecho con ellas? Emplearlas contra nosotros los judíos, de modo que ¿Por qué razón debería yo explicarte nada?
_Por la vis médica y la mumia, el elixir vitae y la ciencia de curar que ambos ejercemos, rabí.
El herborista judío, un anciano de barba blanca y calmos ojos azules, quiso probar a su visitante. Así que antes de responder a su pregunta le formulo diez cuestiones básicas sobre orines y las fiebres, los     abscesos y la hidropesía, la melancolía y la ninfolepsia o rapto de los furores eróticos, cuestiones a las que Paracelso respondió con tranquilidad y displicencia, no como si estuviese ante un judío herborista en una calle de Constantinopla sino ante un tribunal de académicos que juzgaban fríamente su saber.
_ Un médico sin compasión- agregó al fin- es como un laúd sin cuerdas: la promesa de una canción salvífica que el paciente no oirá jamás.  
_ Así es, amigo mío- sonrió por primera vez Adin Neshamá-, así es. El verdadero maestro sanador conduce el espíritu al infinito, inclina al sufriente hombre visible hacia su linfa, o sea hacia el mapa invisible de su ser para que, y desde allí, el paciente corrija el rumbo de su vida.
 Satisfecho, emocionado, feliz por el curso del dialogo, Paracelso volvió a insistir:
_Entonces, ¿Qué cosa es el adesh?
_Un contracto de dos palabras: ed y esh, la energía o el fuego eterno que nos cura de las mezquindades del tiempo. Cuanto más lejos está un hombre de contactar con el manantial de su ser, más cerca esta del delta de su descomposición. Por eso el verdadero medico adentra al enfermo en el núcleo de si mismo antes de ayudarle a exteriorizar el marasmo de su mal.
_ ¿En  qué sentido lo adentra?- quiso saber el suizo.
_ Del uno al diez- dijo Rabí Adin Neshamá-, todas las cifras son adiciones al uno, del corazón a la punta de los pies todo son pieles y velos del alma. Desnúdala y ella misma te dirá lo que necesita. El adesh es el fuego que la hace palpitar. A los óxidos del tiempo solo los remueve la miel de la eternidad.
Cuando llego el amanecer y sonaron, a lo lejos, los rezos de los almuédanos, Paracelso, comprendió que no había viajado en vano a Constantinopla.

Autor: Mario Satz, “Alrededor de una nuez”. Apólogos e historias de la Kabaláh. Mirango Ediciones. Madrid, 2010.
  • Relato dedicado al Dr. Barros, director de SOD22MADRID, por comunicar mi totum cósmico para que este me restituya la salud.

QUE TODO SEA BUENO.
Patricia Wanda Frachia Zaidel.
Algo más… 
-Paracelso creía que, en efecto, adesh  era “el cielo completo e inquebrantado” en el ser humano, algo así como la clave de su  salud celestial, por lo que los remedios hacían o debían hacer era despertar ese poder, incitar esa fuerza curativa, verdad muy en consonancia con la homeopatía. Por otra parte, adesh se compone, en efecto, de ed y esh, eterno y fuego respectivamente.
La Gematria de esh= Shin + Alef=300+1=301=3+1=4
La Gematria de ed= Dalet+Ain=4+70=74=7+4=11=1+1=2

4+2=6 letra Vav, que simboliza al hombre, en el sexto día fue creado…


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